miércoles, 15 de junio de 2016

PEQUEÑOS LOCALES SUELTOS

Dispersos, sin seguir tendencia alguna se instalan en el Barrio. 









Aunque la zona no es comercial no dudaron en abrir sus puertas para vender libros, perfume o ropa. 


Si los acompaña Hermes harán pingües ganancias con las que sobrevivir, progresar en el sistema económico capitalista.




Intercambiando bienes o servicios por dinero y haciendo girar la rueda del consumo.



A veces se me ocurre que no me gustan las cosas nuevas. Si no se rompen, las uso hasta el cansancio. No me gusta que cambie la moda, pero lo asumo para no parecer un pordiosero. Comprobado tengo que el hábito hace que el monje parezca monje y deba usarlo además de serlo, mal que le pese.
Tal vez la energía que ponemos en consumir y producir en esos altos niveles, podríamos destinarla a educarnos, a cuidar nuestro cuerpo y a formar un Cuerpo Social más parecido a un ser humano que a un robot. 
Hacer cosas duraderas y no imponer el consumo desde los medios. El Arte y el Entretenimiento podrían reemplazar la demanda de novedades convirtiéndose en sí mismos en Objetos de deseo. 
Cierta obligación de generar productos biodegradables o reciclables debería imponerse en consenso universal.
Utopía.
Me dispersé de lo del Barrio y seguro que los locales de las fotos estarán de acuerdo conmigo
Pero siempre me llama la atención la Sociedad de Consumo.

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