Ojalá que sea para mejor. En un urbe dinámica y moderna los cambios se suceden indetenibles. La intervención del espacio público por la civilización establecida sobre las anteriores capas de civilización existentes resulta un hecho. Cambios de luminarias, sentido del tránsito, puentes y túneles ocurren todos los años. Como empujan las ramas de la hiedra buscando expandirse, todas esas obras van empujando sobre lo que queda. Y lo tapan, entran por intersticios y se abren nuevos caminos.
Sabía que le tocaría a nuestra acera y ahora está en proceso de remodelación. La segunda en catorce años. La primera fué un fracaso estético. Suelo ser reacio a los cambios del paisaje urbano, no me gustó como el GCABA remodeló el Microcentro, al norte de Montserrat.
Seguramente en un plesbicito perdería mi idea conservacionista radical. Reflexiono acerca de la convivencia, la conveniencia, la decencia y la conciencia. No llego a ninguna conclusión más que a que mi autoritarismo dictatorial, ilustrado y decente, podría ser la salvación de esta parte del Barrio, que es lo mismo que decir pavadas.
El tiempo dirá que tan beneficiado seré por esta nueva idea y como empecé diciendo, ojalá...Ayer a la noche cenamos en un parrilla muy bonita y muy bien atendida. La conozco desde que era una vieja (y mala) carnicería de barrio y sufrió también una fuerte intervención civilizadora. Aunque reconozco que su cambio de aspecto fué para mejor. A veces no tengo razón con el conservacionismo radical. Consigno el dato que aqui, una vez, llevaron a almorzar a Michelle Obama cuando la visita de Barack, su esposo el presidente, a Buenos Aires. O sea...
Y aunque el asado resultó más duro de lo que pensaba, ¡las papas fritas fueron inolvidables! Voy a insistir con las "fritas" pero con otro plato de carne, como una entrañita o "asado costillar" que no "asado banderita"... entonces decidiré si es mejor la carnicería de José, donde compro en el Mercado de San Telmo hace treinta años (y hasta ahora prefiero por sobre cualquier otro lugar). Aprecio y soy muy crítico de la calidad de la carne vacuna porque me siento calificado. Por el momento diría que vayan a conocer esta Parrilla porque es un lugar bien iluminado y bien decorado además de... ¡óptimas papas fritas!
Llegó el momento en que me sentí en Cosmópolis.
Volví a escuchar hablar en distintos idiomas esas conversaciones inentendibles para mi saber. Fuertes y alegres, surgidas de "la panza llena (de carne argentina) y el corazón contento (de vino argentino)". O sea que todo fluye. Debo ser medio hincha pelotas. Si los extranjeros se divierten es porque comieron bien. Un hombre de color se levanta y abraza al mozo, emocionado parece agradecerle. También hay pastas para vegetarianos. Es el lugar lo que vale la pena.
De postre, copa de espumante argentino. Mmm...
Enfrente está la Plaza Rodolfo Walsh, vecino de San Telmo, periodista irreductible, desaparecido en la dictadura militar. Es un homenaje del Estado argentino que comparto.
Se puede hacer el homenaje propio saliendo de San Telmo para entrar en Montserrat, solamente cruzando de vereda.
Aunque las aceras de la calle Chile son los límites, aquí no hay fronteras con gendarmes.
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