Una vez más los petardos asustan a las aves del Centro. Meses atrás había personas celebrando el cambio democrático de gobierno en la Plaza de Mayo. Hoy había personas protestando por las medidas que ese gobierno tomó, en la Plaza de Mayo. Me acuerdo el 2001, fué una épica amarga en la Plaza de Mayo. Me gusta imaginar que es la mismísima Historia la que camina por la Plaza. A veces con galera y jacquet, otras con boina blanca. A veces con cintas rojo punzó, otras llega en un blindado. Anduvo con la camisa abierta y celebró dos Mundiales de fútbol. De todo vivió esa Plaza, hasta un bombardeo militar.
Aunque hay unos días cualquiera en que la Plaza quiere parecer inocente, como una de barrio normal, no lo logra porque no hay juegos para niños ni calesita. Con sus árboles y palomas no le alcanza. Por eso los ambulantes, cómplices con ella, venden escarapelas y maíz, para atraer más curiosos y hacer pingües diferencias.
Moverse en el Centro hoy es un despelote, muchos lo odian. Entendible. Pero nada es perfecto.
Nada es Todo.
Aunque hay unos días cualquiera en que la Plaza quiere parecer inocente, como una de barrio normal, no lo logra porque no hay juegos para niños ni calesita. Con sus árboles y palomas no le alcanza. Por eso los ambulantes, cómplices con ella, venden escarapelas y maíz, para atraer más curiosos y hacer pingües diferencias.
Moverse en el Centro hoy es un despelote, muchos lo odian. Entendible. Pero nada es perfecto.
Nada es Todo.
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