miércoles, 30 de noviembre de 2016

MONTSERRAT, BARRIO DE TAMBORES

No es que los parches no se batan en el Barrio. Las protestas políticas o las adhesiones populares resuenan en las calles, casi cotidianamente.
Pero un domingo y a las 20hs es muy raro escuchar de esos bombos o tambores, sin embargo podía escuchar su rumor lejano, cuando llegaba a estacionar el auto.
Por la calle México venía una batería dando rienda suelta a un ritmo secular afroamericano. Sus sudorosos percusionistas entregaban energía y concentración para sonar unidos.
Las bailarinas se movían llevando el ritmo con cierta languidez profesional y ensayada; para poder terminar su extenso recorrido en tacones altos sin extenuarse, creo yo.
Me perdí unos minutos entre ellos disfrutando grabar estas folclóricas imágenes porteñas. Un sonido que anidó para siempre en el antiguo barrio de los tambores.

lunes, 21 de noviembre de 2016

CHACARERA EN PLAZA DORREGO


El lunes feriado, conmemorando un antiguo Día de la Raza devenido hoy en Día de la Diversidad, nos dió la oportunidad de cenar afuera un domingo. Raro que lo hagamos...

Volvíamos desandando la calle Defensa, hacia Catedral. Desde el San Telmo profundo hacia Montserrat por el viejo camino de las carretas. Hoy es Casco Histórico. La cena casi nunca falla en el Restaurant Lezama y en consecuencia el ánimo nuestro era festivo.

Al llegar a Humberto Iº, tras una barda de lona amarilla porque la Placita Dorrego está en obras, sonaban un violín y un bombo junto a la voz joven de una mujer a la que acompañaba también una guitarra.
El alegre ritmo de la chacarera nos desvió fácil hacia esa improvisada pista y entonces vimos esas parejas bailando.

Tal vez en el pasado, cuando la Placita era una parada de carros del Alto de San Pedro, algunas personas  se hayan reunido alrededor de unas luces y entonces unas guitarras se hayan unido a un bombo y una otra voz cantora haya iniciado una melodía que hablaba de amores... dando lugar a una escena parecida a la del video.

Pensaba alli parado que así nacen parejas. Se conocen y enamoran enlazando sus mentes entre notas y pasos de baile. Pronto los corazones laten parejos, creando el ritmo de la Ilusión de Amor que es tan atractiva como la luz para las pollilas.

El folclore, en situación real, llega hondo a mi corazón.